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Pieles NO

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Los modales en la mesa en el antiguo Oriente Medio



Los modales, conocidos también como urbanidad, son una serie de reglas que permiten a una persona entrar en un ritual social...o bien ser excluída de él. Y los modales en la mesa, específicamente, se originaron en parte como un medio para indicar al anfitrión que representaba un honor comer en su mesa.
Hoy en día, los maestros de la etiqueta aseguran que los modales en la mesa tienen, en este siglo, un nivel especialmente bajo. Como causa de ello, citan el abandono de la tradicional cena en la que las familias se reunían y los padres corregían incansablemente toda conducta reprobable. También señalan la popularidad de las comidas preparadas (que a menudo se consumen con rapidez y a solas), y la proliferación de los restaurantes rápidos donde, al menos entre los adolescentes, los que observan cierta urbanidad en la mesa pueden ser ridiculizados. Cuando los jóvenes evalúan las actitudes individuales respecto al decoro social, la urbanidad y la etiqueta tienen muy pocas posibilidades.
Sorprendentemente, las pruebas de este declive proceden de muy diversos sectores. Generales del ejército y directivos de empresas se han quejado de que los nuevos reclutas y los jóvenes ejecutivos demuestran una embarazosa confusión en lo que respecta a las maneras en la mesa. Esta es una de las razones citadas para la repentina aparición de libros de etiqueta en la lista de los best-sellers.
Sin embargo, el problema no es nuevo. Los historiadores que redactan las diversas prácticas de la etiqueta aseguran que el deterioro de la urbanidad en Estados Unidos comenzó hace largo tiempo: En concreto, e irónicamente, con Thomas Jefferson y su amor por la igualdad y su odio a la falsa urbanidad. Jefferson, que tenía unos modales impecables, a menudo los olvidaba deliberadamente, y durante su presidencia trató de allanar las normas del protocolo en la capital, en la creencia de que las distinciones artificiales impuestas a la gente contribuían a ahondar las diferencias.
Sin embargo, antes de que los modales hayan podido relajarse o llegar al abuso, tuvieron que ser concebidos y formalizados, y estos procesos se originaron hace siglos.
El hombre primitivo, preocupado por la búsqueda de alimentos, que escaseaban, no tenía tiempo para ocuparse de sus modales; comía cuando podía y a solas. Sin embargo, al aparecer la agricultura en el Próximo Oriente, hacia 9.000 a.C., el hombre pasó de la caza a las labores agrícolas, y se instaló en lugares fijos para llevar una vida más estable. Al abundar la comida, ésta era compartida comunitariamente , y entonces surgieron las reglas para su preparación y consumo. Los hábitos cotidianos de una familia en la mesa se convirtieron en costumbres para la siguiente generación.
El primer código que ha llegado a nosotros de una conducta correcta está contenido en "Las instrucciones de Ptahhotep". (Ptahhotep fué Gran Visir del faraón Isesi), un libro que data del Imperio Antiguo egipcio. Escrito alrededor del 2.500 a.C., este manuscrito sobre las normas de etiqueta se encuentra en una colección de antigüedades en París.
Conocido como "El Papiro de Prisse", por el nombre del arqueólogo que lo descubrió, esta obra es unos 2.000 años más antigua que la Biblia. Su lectura indica que fué redactada como un conjunto de prescripciones para los jóvenes egipcios destinados a ascender en la escala social de la época. Aconseja que, en compañía de un superior, uno se ría cuando se ría éste. Sugiere que el joven olvide sus dificultades ante la filosofía de un superior, "para que resultes agradable a su corazón" (como se ve, el peloteo viene de lejos)y hay numerosas referencias a la valiosa virtud de contener la lengua, en primer lugar ante un jefe: "Haz que tu mente sea profunda y tu habla escasa"; y también con una esposa: "Guarda silencio, pues es éste mejor don que las flores".?
Cuando empezó a compilarse la Biblia, anrededor de 700 a.C., la sabiduría de Ptahhotep, que ya por entonces tenía una antigüedad de 2.000 años, había circulado profusamente a traves del Delta del Nilo, y también en el Creciente Fértil, en Mesopotamia. Los historiadores de las religiones han localizado fuertes influencias de Las Instrucciones a través de la Biblia , espècialmente en los Proverbios y el Eclesiastés... Y en particular en lo referente a la preparación y el consumo de los alimentos.
Aunque hoy en día pueda parecer ridículo, a mí mi abuela, que era una señora, me enseñó las reglas de urbanidad elementales, y las he seguido siempre. No me considero afectada en absoluto y estoy contenta de conocerlas y seguirlas.Los chic@s de ahora, salvo excepciones, comen como cerdos que dá asco mirarles. Y es porque sus padres no les han enseñado nada. Ya que estas cosas, que pienso debieran aprenderse en la familia, no es así, en los colegios debería impartirse una asignatura de urbanidad, no sólo en la mesa, sino en todas las circunstancias de la vida, que la gente va como loca arrasando como si fueran las hordas de Atila.

Fotos: Jefferson y un papiro egipcio.

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