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Pieles NO

sábado, 27 de marzo de 2010

Bicentenario del nacimiento de Chopin



Hace 200 años más o menos que nació Federico Chopin, músico polaco. En Mallorca lo conocen bien, pues estuvo un desastroso año viviendo, primero en una casa de la barriada de Establiments, y luego el resto en la entonces destartalada Cartuja de Valldemossa, abandonada por los monjes tras la desamortización de Mendizábal. Siempre me ha sorprendido de que la pareja -pues vino a Mallorca con su amante, la escritora francesa George Sand- eligiera un sitio tan húmedo e inapropiado para un tísico, y encima Valldemossa, entre montañas y con un clima cálido en verano, pero lo más inapropiado para alguien que tiene fatal los pulmones. También siempre me ha extrañado de que en la isla se les tenga tan mitificados, cuando la verdad es que su estancia aquí fué un desastre. Entonces en Valldemossa los payeses estaban asalvajados y les tiraban piedras, escandalizados de ver a una mujer vistiendo de hombre y más sabiendo que vivían en pecaminoso concubinato. Sin embargo en la Cartuja Chopin compuso muy buena música. George Sand, que era de armas tomas, no perdonó a los mallorquines que les trataran como a apestados, y en el famoso libro "Un invierno en Mallorca", que en la isla se vende traducido a tropecientos idiomas, los pone a caer de un burro, pues se burla despiadadamente de ellos. Sospecho que casi nadie se la leido el relato de la escritora, que es bastante divertido. Dice entre otras cosas que los mallorquines adoran a sus cerdos, cosa que en parte es verdad. No como al becerro de oro,claro, pero en Mallorca hay infinitas variedades de manjares hechos con la carne de este animal, como las estupendas sobrasadas, butifarrones, etc. Pues parece (esto yo no lo sabía antes de leer Un hiver à Majorque)que según cuenta Doña George, por entonces los cerdos se habían introducido en Mallorca (Igual no es verdad)y que los mallorquines estaban entusiasmados y alucinados con los animalitos. Vamos, que los pinta como unos verdaderos memos.Supongo que las cosas que la señora dijo al volver a París de Mallorca no fueron precisamente elogiosas, pero luego los touroperadores turísticos ya se encargaron de areglar un poco la imagen de la isla.
La pareja y los hijos de ella que también fueron parte de la expedición solo estuvieron un año escaso en la isla; se fueron pitando en un barco donde también les trataron como a apestados,sobre todo viendo al músico toser, al que supusieron un peligro público y al que no dejaban salir del camarote. Un horror de vacaciones.Pero que después dió y da buenos dividendos turísticos.
Los retratos de Chopin y George Sand son de Delacroix.

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