A finales del s.XVIII nació en Mahón el toxicólogo Mateo José Buenaventura Orfila, que dió el nombre de "morfina" a un potente analgésico y soporífico descubierto por Seguin. Le puso este nombre en homenaje al dios del sueño de la mitología griega, Morfeo.
La nicotina, alcaloide del tabaco, debe su nombre a Jean Nicot, embajador francés en Lisboa, que llevó a la corte de Francia las primeras plantas del tabaco. Se creía que era una planta salutífera, y empezaron a usarla seca y la esnifaban, lo que se llamó rapé. Toda persona importente o de buen gusto tenía su cajita de rapé para ponerse a estornudar por el polvillo, lo que quedaba muy chic.
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