pieles no

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Pieles NO

miércoles, 22 de octubre de 2008

Anecdotas y recuerdos personales

El primer viaje que recuerdo que hice en mi vida fué en tren en aquellos trenes de posguerra en los que acababas como si hubieses salido de una mina; Llena de carbonilla y pringosa y negra de pies a cabeza. Fué de Gerona a Barcelona, y recuerdo que mi madre iba leyendo la revista argentina Para Tí, una de las pocas que dejaban entrar, por razonez obvias o sea, la ayuda del amigo Perón y la inefable Evita.
Otra cosa que no olvido es que mi abuela nos compraba en Cuaresma para todos la Bula de la Santa Cruzada, que como mucha gente cree, no servía para comer carne los viernes de Cuaresma, sino para poderla comer todos los viernes del año, excepto el Viernes Santo. Ese día y el Jueves las chicas se ponían de mantilla para presumir y yo iba con mi madre y mi abuela a ver "monumentos", que eran como una especie de capillas grandes con la custodia rodeada de trigo blanco (que habia crecido sin ver la luz, esto era especialidad monjil)y muchas plantas de hoja verde. Nada de flores.Los santos de la iglesia los tapaban con grandes telas moradas para significar que eran días de luto, la Semana Santa. Pues como decía ,yo iba a estos lugares rezando credos, porque me decían que si completaba 33, luego a lo largo del año pidiera lo que pidiera, se me concedería. Nunca me acordaba de hacerlo, pero hubiera pedido en mi ingenuidad que todas las Teresianas, mis educadoras, y los curas de los ejercicios espirituales se tirasen por un barranco y no quedase uno vivo.
También tenía castaña la obligación de mi padre, y de todos los militares, de comulgar en la Pascua Militar, que era el día de Reyes. Pero tenían que confesar antes, y el cura les expedía un certificado conforme habían cumplido con el mandamiento de la Santa Madre Iglesia de "confesar y comulgar al menos una vez al año".Esto juro que es verdad.Como todo lo demás.
Yo iba a todas las juras de bandera, porque a mí toda la vida, desde pequeña, el folklore militar me pone mucho. Me encantan los desfiles, no como a Rajoy, y lo mismo me daban aquellas paradas militares con tanques que organizaban los rusos el 1 de mayo, que la parafernalia de Hitler en aquellos estupendos documentales de Leni Riefenstahl (que por cierto los tengo todos, ya no se encuentran y son una joya), que entonces era una chica guapa y deportista que nunca "apostató" de lo que hizo, pues era la directora cinematografica de propaganda nazi. Yo tengo sus memorias y son estupendas. Porque además, de joven y no tanto, era una beldad. Vive aún y tiene 100 años o más.Pero esta es ya otra historia.
A Franco le hubiera gustado mucho ser representado en los billetes de banco, pero nunca lo consiguió. Solo en las monedas, donde tenía la cara de ponerse "Caudillo de España POR LA GRACIA DE DIOS". No pudo en los billetes, pues las fábricas que los hacían estaban en el extranjero, en Inglaterra y Francia, me parece, y ningún país quiso hacer billetes de un sublevado contra un régimen legal.Nunca salió de España, pero cuando viajaba, se llevaba siempre el brazo de Santa Teresa, pues era fetichista,(no le veo otra explicación que lo de andar por los sitios con esa guarrada).Y era, más que inteligente listo, y lo demostró no saliendo nunca de España, pues a veces ocurren cosas como lo que le pasó a Pinochet, y él debía pensar algo de eso.)
Habia cosas que no podían hacerse.Ni escribirse. Por ejemplo, Paquito la emprendió con el coñac, que no sé que tiene de anticatólico y antifacha, y quiso españolizar la palabra llamándola nada menos que "jeriñac", lo que hacía que en los bares muchos barmanes distraídos, al pedir eso, le dijeran al cliente:-"Al fondo a la derecha".El cuento de Caperucita Roja se convirtió en el de "Caperucita Encarnada", pues la palabra normal no se podía decir.En todas las cartas, que podían ser abiertas sin que los escribidores se enterasen, aunque fueran cartas de amor, había que poner al principio: "Por Franco y su revolución Nacionalsindicalista", y terminarlas por un "Dios guarde al invicto caudillo con salud muchos años". Que no me lo inveeento.....
Mi padre era militar y piloto, y se metió a piloto castrense porque los aviones le chiflaban, pero no era nada politizable. Hizo la guerra con los franquistas seguramente por salvar de una "saca" en Sevilla a su padre, que era abogado en el Ayuntamiento y un rojazo conocido por sus ideas republicanas.Mi padre era un misterio. Cuando teniamos TV y salía Franco pescando atunes o inaugurando pantanos, se iba "a echarse un pitillito". No lo podía ver ni en televisión. A mi padre lo que le gustaba era volar, y yo siempre he pensado que tardó bastante en ascender a capitán (luego llegó a general)por las piruetas que hacía en la Base Aérea de Son San Juan, en Palma. Cogia una avioneta, y como las puertas del hangar estaban siempre abiertas de par en par, le chiflaba entrar por una y salir por la otra. Los que trabajaban dento, al grito de "¡Que viene Burgos!", se echaban inmediatamente al suelo, cosa que disgustaba al General. Pero lo peor es que también le gustaba mucho hacer vuelos rasantes sobre en despacho de éste, y buena bronca que se llevó.Me parece que estuvo arrestado un fin de semana. Mi padre era especial.Yo no sé si fué facha, si pudo hacer una guerra sin importarle nada,sin ideología, o qué.Yo no habría podido. Una vez que yo le pregunté me contestó "es que era muy joven y tenía ganas de correr aventuras". Jo...

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